>>140415
Hace años me quite un lunar que tenía en la cara, arriba de la ceja, quedó muy bien y en definitiva me dio mucha más seguridad, pues era el defecto con el cual me sentía más acomplejado. Me sentía como un bicho raro o un pinche alien diferente a los demás. Me quedo una ligera cicatriz, pero quedé encantado. Mejor una cicatriz que un lunar negro super notorio como de 1 centímetro. En la secundaria todos nos tirábamos carro por nuestros defectos físicos y a mí me tiraban carro por el lunar, decían que era como un tercer ojo o una caca de gallina.
Lo que me pareció más extraño es que después de quitarmelo a mis 23 años, nadie lo notó (aparte de mi madre que si le conté) ni me dijeron "ah ya te quitaste el lunar, ni amigos, ni familiares ni nadie, todos actuaron como si nada hubiera pasado.