Hay quienes pretenden ser escritores y no leen nada y esto puede deducirse porque aunque nadie espera que sean Alan Moore o Neil Gaiman, las faltas de ortografía y los errores al componer una oración evidencian la escasa formación académica y el poco esmero en la imprescindible auto-instrucción. A mí la escuela tampoco me gustaba, pero me enseñó a leer y escribir.
No obstante, el público a menudo, suele ser bastante tarambana y gusta de ficciones paletas que arriesgan más bien poco y pueden ser digeridas de a docenas por cualquier troglodita. Ya me imagino las ficciones que yo podría escribir: "Un buen negro día, Artemis estaba evacuando huevos pascuales paganos y sensuales, delante de los flamencos rosa en un mar vaporwave. Suárez, disfrazado de mapache o mapuche, agazapado tras unos juncos pixelados, codiciaba y se relamía espiando la ovulación de la artística vulva. El impenitente cetrino, aerraba con fuerza un grasoso pergamino ilustrado con un millar de rígidos personajes de grandes pechos de redondez imposible proporción anatómica. El aire que exudaba el mentado morocho, hedía a calamar. Gaturro se aproximó a él con una técnica de Kokún y le hizo el amor estilo perrito. Fin."